martes, 30 de abril de 2019

La ventana

La ventana
Cuentos de Angustias y Paisajes
Carlos Salazar Herrera: Nacionalidad costarricense.

Los Cuentos de angustias y paisajes se publicaron en revistas y periódicos en forma separada. La primera edición apareció con veintiocho cuentos y con grabados del mismo autor. En la quinta edición (1974) agregó dos cuentos más.
Los cuentos de Salazar Herrera son fieles a dos principios básicos del género: la tensión y la intensidad, es decir, la suspensión del desenlace y el final sorpresivo. Utiliza temáticas como la muerte, la soledad, el silencio y la incomunicación.
En el cuento “La Ventana”, los elementos naturales son recursos que aluden a lo masculino y lo femenino: el agua, elemento femenino y el fuego elemento masculino, se mezclan  con los sonidos para anticipar el encuentro amoroso. Aunado a esto tomamos en cuenta la noche, las flores, los aromas, el viento. Mediante   todos estos signos lingüísticos se logran las alusiones a lo erótico. Todo un encuentro romántico, esperado durante siete años. El lector lo interpreta donde es proyectado: “El nuevo duendecillo proyectó en la pared un abrazo inmenso”.
La ventana sin barrotes simboliza: libertad, nuevas oportunidades, una vida nueva, un nuevo amanecer.
En el relato se insinúa que el hombre estuvo preso, pero en la narración se refleja que en realidad eran dos los prisioneros, la mujer en la casa y el hombre en la cárcel. Ella lo espera en el encierro de su casa, con los barrotes puestos en la ventana durante siete años. Siete años de sumisión, como Penélope esperando a su amado. Al enterarse por medio  de una carta que él iba a llegar, la mujer le quita los barrotes a la ventana y se libera de la prisión, del encierro.
Todo el ambiente se conjuga y nos muestra que la casa está preparada para dar una fiesta. Hay música: “Del filtro de piedra caían las gotas en una tinaja acústica. Caía una gota y salía una nota…Caía una gota y salía una nota…” “…el agua del caldero cantaba como nunca.”. Encontramos elementos que representan las luces y movimientos: “…las luciérnagas trazaban líneas con tinta luminosa”. También hay baile: “la llama sobre el pabilo daba saltos sin parar”.
El cuento logra estimular, en el  lector,  todos los sentidos: “Hacía subir una mirada por la cuesta…”; “el viento venía sobre los potreros cortando aromas de santalucías”, “Del filtro de una tinaja acústica…”, “Un San Antonio guatemalteco, se había puesto negro de tanto tragar humo…”; “El nuevo duendecillo proyectó en la pared un abrazo inmenso.” De esta forma nos sensibiliza y como buenos jueces nos ponemos del lado de los personajes acrecentando la compasión hacía ellos y a la vez celebramos el nuevo encuentro.
Los temas que inferimos del cuento son: La libertad: Esta palabra es contextualiza según la forma de pensar. Para un filósofo tiene un significado, para los credos otro, pero me  inclino por el que dice que “no se concibe que se pueda ser verdaderamente humano sin ser libre  de verdad”, por ello que la ética filosófica señala que la libertad es inherente al ser humano, fundamentado en la autoconciencia y la responsabilidad moral. La persona humana es libre desde lo más profundo de su ser, por eso la humanidad más joven ha concebido el ejercicio de la libertad como la realización de la persona: se trata de un derecho y un ideal al que no podemos ni queremos renunciar. (Ricardo Yepes Stork).
El amor: Este sustantivo, masculino, abstracto tiene muchas connotaciones: muchos han sido los poetas, cantantes, o filósofos que han llevado a cabo su propia definición.  Entre ellas se encuentra “sentimiento de intensa atracción emocional y sexual hacia una persona con la que se desea compartir una vida en común. También puede ser considerado como un conjunto de comportamientos y actitudes que resultan desinteresados e incondicionales, y que se  manifiestan entre seres que tienen la capacidad de desarrollar inteligencia emocional, por lo tanto, el amor, solo puede ser experimentado por los seres humanos. En fin, si nos ponemos a hilar muy fino, encontraremos múltiples significados para esta palabra.
Por consiguiente, podemos dar fe, que tanto la libertad como el amor no se pueden concebir,  si no se es humano.  Ambos sustantivos abstractos son inherentes al ser humano y de la misma manera son irrenunciables.



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